Estamos en un mundo en el que nos venden caca y la compramos felices. Claro está que no parece caca, pero lo es. El marketin es vender bien y caro lo que en realidad no necesitamos.
Habiendo tantos perros en basurales, elegimos comprar perros franceses, como si fueran de marca.
Los perros que viven entre chatarra, alimentos podridos y cucarachas, no son chuecos y mochos, son hijos huérfanos de anda a saber qué víctima.
Pero no, mejor compremos por 15 lucas un shitdog francés. El perro que esté de moda, ¡que tanto!. Esto último es solamente un signo de tantos.
Nos vuelven adictos al tabaco, y eso que ya no hay propagandas explícitas.
Nos vuelven adictos al alcohol. Y quedate tranquilo que, si no tenés plata, en supermercados chinos conseguís el tetra a 13$ y la Quilmes a 15.
Encima ¿sabés qué? Nos volvimos parte del círculo, vendiendonos de foto en foto en facebook e instagram, retratándonos cómo no somos en realidad, en lugares que no son tan lindos, con sonrisas que no son sinceras. Terminamos así vendiéndonos cómo un producto, esperando un manguerazo y que el amor y el éxito caigan del cielo. Y acordate: cuando algo es gratis, tené cuidado, porque el producto podés ser vos.
Ladies Night all night long.
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